Exposición Anís & Chinchón ︎


Todo está manchado de pintura. El suelo, los jeans, los interruptores del estudio. Primero fueron fondos acrílicos, tonos pastel y otros flúor. Ahora es óleo, que no hay quien quite de la ropa. Marta De la Fuente está lejos, aislada a ratos del mundo a través de sus lienzos, cada vez más expansivos, buscando rescatar fragmentos de su memoria. O quizás de la de todos.

Con un trazo hipnótico, recrea escenas cotidianas, a veces folclóricas, capturando la esencia de su infancia y sus recuerdos en un salto hacia la nostalgia, tratando de regresar a los días felices a través de sus colores y pinceles. Su estilo es contemporáneo, su temática, atemporal. Sus cuadros nos invitan a entrar en su película, donde una señora con nikes nuevas juega a la tragaperras o dos jubilados morenos de solarium disputan una partida de ajedrez al sol del mediterráneo. En ocasiones, se inspira en fotos amateur tomadas con un iPhone 13 Pro; otras veces, en personajes creados por inteligencia artificial, apoyándose en un imaginario abigarrado que fusiona y actualiza la cultura popular de los 90 y la estética labriega de la Castilla más profunda, donde Marta pasó su juventud.

Nunca ha pisado una escuela de pintura ni un taller. Su técnica, aunque realista, escapa de la rigidez académica; Marta pinta por puro instinto, buscando más la autenticidad que la pulcritud.

“El arte y el diseño siempre tuvieron una enorme presencia en mi casa, crecí entre lienzos y pinceles. Para nosotras pintar era algo tan natural, como comer. No he dejado de pintar nunca. Cada vez me ayuda más a expresar cómo veo el mundo y se ha convertido en mi refugio. Mi obsesión son los retratos (por ahora). A mi madre le encantaban los pintores clásicos costumbristas y supongo que por eso conecto tanto con este formato. Me encanta observar a la gente, analizar sus gestos y muecas. Me siento poderosa al imprimirle mi toque artístico a esos momentos cotidianos.”

De alguna forma, Marta rinde homenaje a la enseñanza de su madre, la maestra que, entre lechazos y mandilones, le reveló el mundo de la pintura. Su padre, que abandonó la carrera de bellas artes para dedicarse a la arquitectura, le transmitió los aspectos más técnicos del dibujo y el diseño. Papá la forma, mamá el color y el movimiento. Su obra se convierte así en un diálogo entre generaciones. Abuelos en el ocaso de la vida, escenas cotidianas impregnadas de ternura; cada obra es un eslabón en la cadena de la memoria colectiva que Marta traza con finura. Durante un tiempo, su obsesión fue descifrar un mensaje o un conflicto en sus obras. Ahora, está dejándose llevar, permitiéndose fluir y capturando en sus cuadros las sutilezas, ocurrencias y personajes singulares que la cautivan e inspiran. Sus lienzos celebran las costumbres y la añoranza, como ese olor que te transporta a un momento muy concreto del pasado.

Por Pablo Crespo.



︎︎︎ Video Expo ❤️

La exposición, tuvo lugar del 2 al 4 de febrero del 2024 en el espacio Tha House, representó el salto definitivo en la vida de Marta, que tras el éxito de sus colaboración con Netflix, Bumble, Manolo Bakes o Sebastian Yatra ha decidido centrarse de lleno en la pintura. La exposición ha contado con el apoyo de Levi ́s e incluyendo además tres de los icónicos jeans de la marca que han sido utilizados como lienzos por la artista.

“Anís y Chinchón” en @tha__house
Fotos by @davitruiz
Dirección de arte by @pattpon
Iluminación  @enrique_millanfg

Anís & Chinchón. La colección Anís y Chinchón repasa las memorias e influencias de Marta, recreando escenas cotidianas, a veces folclóricas y capturando la esencia de su infancia y recuerdos en un salto hacia la nostalgia, tratando de regresar a los días felices a través de sus colores y pinceles. Su estilo es contemporáneo, su temática, atemporal. Sus cuadros nos invitan a entrar en su película, donde una señora con unas nikes juega a la tragaperras o dos jubilados morenos de solarium disputan una partida de ajedrez al sol del mediterráneo. En ocasiones, Marta se inspira en fotos amateur tomadas con un iPhone 13 Pro; otras veces, en personajes creados por inteligencia artificial, apoyándose en un imaginario abigarrado que fusiona y actualiza la cultura popular de los 90 y la estética labriega de la Castilla más profunda, donde Marta pasó su juventud.